El tubérculo es igual de sabroso crudo, cocido, salado o dulce
Un batido de
zanahorias rigurosamente tomado en ayunas por varios días puede ayudar a
recuperar la energía, según recomendación de la sabia educadora/cocinera
Lutecia Adam.
Son escasos
los datos históricos sobre esta hortaliza, pero coinciden las distintas fuentes
en afirmar que el nombre se origina en la palabra árabe safunnárya, cómo
llegó a convertirse en el vocablo que hoy conocemos sigue siendo un misterio.
Además son pocas las coincidencias a la hora de nombrarla en los distintos
idiomas: en español también se le dice carlota, en francés: carrotte, en inglés:
carrot, en alemán: mohre, en portugués: cenoura y en griego también se le decía
philon que significa amar, por lo que se sospecha la consideraban un afrodisíaco.
Muchas fueron
las vueltas que dio la zanahoria para llegar a nosotros en la presentación que
conocemos. Los grecorromanos sabían de su existencia y la consumían, considerándola
un estimulante del apetito. Pero fueron los holandeses quienes crearon la
variedad que hoy saboreamos y empezaron a cultivarla en el siglo XVII. De allí
pasó a Gran Bretaña y habrían sido los colonos ingleses quienes la trajeron a
América. A los árabes se le atribuye la responsabilidad de haberla llevado al
continente europeo, desde el norte de África. En la Edad Media se conocían
variedades blanca, morada y amarilla. Actualmente su clasificación se basa en
la longitud y en la formas cónicas o cilíndricas.
Es una
legumbre de raíz comestible y el tinte anaranjado que le conocemos data del
siglo XVI. Entre sus bondades podemos citar que alberga múltiples minerales
como hierro, sodio, cobre, zinc, magnesio, potasio y azufre y una gran cantidad
de vitamina A, su gran contenido en fibra la hace la preferida de las
hortalizas. Su alta concentración de betacaroteno favorece el bronceado, ya sea
empleado como alimento o en crema corporal.
Un twitt de la
Paramount (12/02/2013) dice “@Paramount_TV La
escena en la que Clark Gable mastica una zanahoria sirvió de inspiración para
el conejo de dibujos animados Buggs Bunny. #MesdelosOscar”. La
escena pertenece a la aclamada comedia “Sucedió una noche” (1934), dirigida por
Frank Capra, protagonizada por Clark
Gable y Claudette Colbert,
es la primera cinta en ganar cinco Oscares, a saber película, director, actor,
actriz y guión. En la secuencia que se inicia en el minuto sesenta Peter Warne
(Gable) come una zanahoria mientras la pela con una navaja y conversa con Ellie
Andrews (Colbert). Buggs Bunny es entonces una parodia de Peter. La foto fija
con la escena donde Gable mastica zanahorias fue usada para el afiche
promocional de la película, por eso no se quedó en una simple escena y
trascendió al gran público que la veía por doquier. Y aquí no termina el
anecdotario con las zanahorias, la sátira de la película en la que se
convierten las apariciones de Buggs Bunny manticándolas son un dolor de cabeza
para la voz del dibujo animado. Mel Blanc la voz del Buggs no gustaba de ellas
por lo que contaba siempre con una escupidera a mano, ya que no solo las mordía,
también hablaba con la boca llena.
En nuestra mesa
tenemos clásicos en el uso de la zanahoria como la ensalada rayada con repollo
y mayonesa, con la que acompañamos el pescado frito o el reconstituyente “tres
en uno” donde la sabiduría popular une sus bondades con las de la naranja y
la remolacha para un efecto reconstituyente, y de la cultura marroquí hemos
adoptado la ensalada aderezada con agua de azahar y pasas. Perfectamente reemplaza
una señorita o un trozo de pan a la hora de saborear un dip, con la rama de céleri
se ha convertido en una alternativa poco calórica para los que están evitando
las harinas. La salsa bolognesa tiene tantas versiones como cocineras en el
mundo uno de los ingredientes que casi todas incluyen es la zanahoria rallada
para darle consistencia.
La cocina francesa
tiene una preparación que data del siglo XVIII(,) el “mirepoix”, una
combinación de verduras: zanahorias, cebolla y céleri picados en dados para
aromatizar fondos que tiene como protagonista a la zanahoria. Es la base con o
sin grasa de salsas, asados, fondos, sopas y también viste carnes y pescados. Y
como la cocina francesa es la inspiración de casi toda la enseñanza profesional, esta base ha sido
incluida en innumerables recetas. Es la segunda legumbre mas
consumida en Francia, después de la papa.
Los recetarios de
cualquier nacionalidad dan cuenta de innumerables recetas. Una sencilla crema o
“une velouté” sorprenderá con un toque de parchita -como se ha popularizado en
nuestro país-, o de leche de coco y
semillas de cilantro; los soufflés o los purés muy a la francesa son originales
acompañantes; un “cake” (en venezolano yo lo llamaría cuajado) salado con
huevos y atún puede ser una solución rápida. Podemos identificar el origen
europeo del cocinero cuando la vemos en la sopa o el sancocho que nos ofrece,
es indispensable por ejemplo en el minestrone. También la podemos ver en los
granos, menos en nuestras caraotas negras, y con petits pois y papas hace una
ensaladilla. Los pediatras la sugieren como una aliada indiscutible por la
calidad de sus nutrientes y su fácil manipulación. En fin las zanahorias se
comen en el mundo entero crudas, en batido, ralladas cocinadas, en ruedas,
troncos, palitos dados, bolitas, en juliana, solas o mezcladas con otras
legumbres, además resisten perfectamente congelación y esterilización.
Torta de zanahoria
foto cortesía Enriqueta Lemoine
Ingredientes para
12 porciones
2 tazas de harina
todo uso
2 tazas de azúcar morena
2 cucharaditas de polvo para hornear
½
cucharadita de bicarbonato de sodio
1 cucharadita de canela en polvo
¼ de
cucharadita de nuez moscada recién molida
4 huevos ligeramente batidos
¾ de
taza de aceite vegetal
3 tazas de zanahoria finamente rallada.
Ten todos los ingredientes a temperatura ambiente.
Precalienta el horno a 350°F. Engrasa y enharina dos moldes de 9 x 3 pulgadas.
Mezcla la harina, el azúcar, el polvo de hornear, el bicarbonato de sodio, la
canela y la nuez moscada en un tazón y reserva. En otro tazón, con un tenedor,
mezcla los huevos, el aceite y las zanahorias. Agrega los ingredientes secos y
mezcla bien. Divide la mezcla en los moldes previamente preparados y hornea 30-35
minutos, hasta que un palillo insertado en el centro de las tortas salga
limpio. Transfiere los moldes a dos rejillas de metal y deja enfriar por 10
minutos. Desmolda los pasteles y deja que se enfríen completamente antes de
poner el nevado.
Nevado de queso crema y pecanas tostadas
1 paquete de
8 onzas de queso crema
½ taza de mantequilla
2 cucharaditas de extracto de
vainilla
5 a 6 tazas de azúcar de nevar
¾ de taza de pecanas (pecans)
.
Pon
las nueces en una bandeja de hornear y hornea por 8 a 10 minutos a 350°F ,
hasta que estén fragantes. Pica las nueces y guarda algunas mitades para
decorar.
En un tazón, ablanda el queso crema en el microondas durante 45
segundos a 1 minuto. Añade la mantequilla y la vainilla y bate con una batidora
eléctrica hasta que se forme una crema suave y esponjosa. Poco a poco, agrega
el azúcar, bate bien hasta que tenga la consistencia deseada.
Cubre la parte
superior de una torta con el nevado de queso crema y espolvorea con las nueces
picadas. Coloca la otra torta encima. Cubre con el nevado los lados y la parte
superior. Decora la parte superior con las mitades de nueces. Refrigera por una
hora antes de servir.
Zanahorias
de Aciscla
1 zanahoria grande
o dos medianas ralladas
4 cucharadas de
vinagre blanco
1 cucharada de
salsa inglesa
1 cucharadita de
café de semillas de cilantro molidas
sal y pimienta al
gusto
agua necesaria
En un envase con
tapa, que pueda refrigerarse, colocar las zanahorias ralladas por el lado
grueso del rallo, agregar las semillas
de cilantro, la sal y la pimienta (una pizca en el estreno) verter el vinagre,
la salsa inglesa y remover. Agregar el agua a gusto, si se desea menos ácida.
Dejar reposar un rato. Puede consumirse en seguida pero reposada la preparación
es más sabrosa. Puede mantenerse varios días en la nevera, hasta consumirse.
Acompañará saludablemente un arepa con queso o cualquier sandwich.
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