domingo, 9 de mayo de 2010

El pan de mi tía María es el más rico del mundo !



Supongo que la primera vez que probé el pan de mi tía tendría meses, seguramente buscaban distraerme con el pedacito de pan, como se hace con todos los niños para que se estén quietos, y ese recuerdo se me grabó en el alma. Mi tía María Lares - viuda de mi tío Domingo Marcano, uno de los hermanos de mi abuela- es una de las famosas panaderas margariteñas.

Desde que tengo uso de razón celebro la llegada a mis manos del pan de leche, las rosquitas cubiertas, las empanadas de guayaba, los suspiros, el pan aliñado y otras delicias que salen de ese horno de leña que está al final de la calle Unión de La Asunción. Y forman parte del acervo gastronómico margariteño. Pueden comprarse en la puerta de la casa o a las vendedoras, que con sus cestas se ubican en varias plazas de Margarita. Son varias las vendedoras informales, que en sus inmensas cestas ofrecen a los transeúntes toda la tradición dulcera de la isla.



Recuerdo, con la misma sorpresa del momento, la imagen de mi tía batiendo manualmente una docena de claras de huevo para los suspiros, a sus ayudantes amasando y armando los panes, el pan saliendo del horno de leña. Iniciando mis estudios de periodismo decidí estrenar mi primera cámara con ella haciendo pan, buscando plasmar esas imágenes con las que había crecido. Al mejor estilo antropóloga/fotógrafa, me le presenté en su casa una Semana Santa, después de recorrer el espacio le dije dónde me gustaría que se ubicara para tomarle las fotos. Con pasmosa tranquilidad me dijo: “mija y tú me vas a fotografiar a mí, así tan fea y acalorada”. Fin de la sesión fotográfica.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Hoy 5 de mayo, conversatorio en Yamin Gourmet !

"Presente y futuro de las cocinas en el mundo" con Ocarina Castillo, Miguel Sánchez R, Víctor Moreno.

lunes, 3 de mayo de 2010

Yo empecé a escribir en Tal Cual


Había tenido miedo de escribir por aquello del Samán de Güere que me cobija (mi papá: Jesús Rosas Marcano), además me especialicé en audiovisual, que es la rama de la comunicación que me apasiona. Pero conocí al cocinero Jacques Decrock quien me invitó a participar, con una columna, en la página semanal de cocina que estaba negociando con el periódico Tal Cual. Tras largas conversaciones con papá, le pusimos El Gusto es Mío a mi colaboración. Decía papá que tenía que ser así con soberbia: “ el gusto es tuyo de compartir tus reflexiones sobre cocina con tus lectores”.

Nació de esta manera, en octubre de 2000, la columna en la que escribí sobre los ingredientes que Decrock usaba en sus recetas, o reseñaba algún acontecimiento de la coquinaria nacional o internacional. Y así también se abrió otro espacio de comunicación con papá. Mientras vivimos juntos, antes de llevar sus escritos con los que colaboraba con varios periodicos capitalinos, me los daba para que los leyera. Cuando salí del nido me los enviaba por fax, lo de correo electrónico no iba con él. Ahora el camino se haría a la inversa, le enviaría yo mis textos. Duró un año la página y la columna entró en sueño, como dicen los masones, hasta marzo de 2006 cuando Eduardo Orozco, encompichado con José El Enano Rodríguez, me puso a escribir otra vez, en el semanario Correo del Avila que dirigía. Reapareció entonces El Gusto es Mío, colaboración que entregué puntual a mis lectores hasta enero de este año en que el semanario desapareció. La crisis económica se lo llevó. Decidí entonces seguir con la escritura pero esta vez en el ciberespacio con un blog. La vida me presentó el reto de buscarle un nombre, el de mi columna lo había tomado una bloguera, no importó la vida está hecha de esos retos. Aquí estoy haciendo un poco de historia agradecida a Teodoro Petkoff y celebrando los diez años de Tal Cual. ¡Salud, que sean muchos más!